La docencia es –desde mi punto de vista– el complemento ideal e infaltable para mi profesión como creador y artista.

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Estoy convencido de que la verdadera docencia se da cuando el maestro propicia que el alumno procure su propio enriquecimiento y aprendizaje, y el docente funge como un guía.

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Tengo la firme creencia de que un buen maestro es esencial para que la transmisión de conocimientos siga fluyendo en el mundo.

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Enseñar es compartir, y compartir es también recibir. De ahí que el maestro sea a su vez alumno de sus alumnos.

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"Todo aquello que refuerzo en el otro, lo estoy reforzando en mí."

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La docencia es una de mis más grandes pasiones, y a la cual le dedico tanto tiempo como mis actividades creativas me lo permiten.